A la variedad typica podría definirse como la madre de todas las variedades, ya que a partir de ella se han desarrollado, por mutación natural o por hibridaciones de laboratorio, gran parte de las variedades arabicas más cultivadas en todo el planeta.
Es originaria de la región de Kaffa en Etiopía, donde crecía y aún lo hace en algunas regiones de ese país en forma completamente silvestre, por los Holandeses (supuestamente se la robaron a los turcos), quienes la llevaron a diferentes islas y luego un oficial naval francés la propagó a América Latina donde surgieron evolucionando algunas variedades nuevas.
El cafeto typica alcanza alturas de 5 metros. Estas plantas tienen baja productividad y tienen frutos ovalados y más chicos. Esta variedad produce un muy buen café con notas dulces, un sabor muy limpio con un cuerpo ligero. El café preparado con typica siempre será de excelente calidad con buen cuerpo y gran dulzura.